Derivado del voluntariado internacional se encuentran los campos de trabajo. Una modalidad de colaboración que se ha adaptado a las necesidades de la base social de las entidades que los desarrollan y las poblaciones de incidencia.
Ya afianzados, muchos no requieren formación específica, ni conocimientos de idiomas o experiencia profesional, aunque se valora. Permiten a la persona voluntaria participar en un proyecto sobre el terreno en grupos con integrantes de otros países. Se suele desarrollar de forma desinteresada durante un período determinado, y tiene una proyección social y de convivencia.
Dos entidades de La Coordinadora ofrecieron viajes a campos de trabajo durante 2020: Fundación Madreselva y SED.
Otra modalidad de colaboración es el turismo solidario que sustituye viajes dedicados íntegramente al ocio o al consumo. El objetivo de este tipo de viajes suelen ser la combinación de exploración con la cooperación y contribución con entornos deprimidos, fomentando la solidaridad. Se suele realizar además una aportación económica extra o se trabaja en algún proyecto de cooperación.
Las ONGD que organizaron este tipo de viajes son Asamblea de Cooperación por la Paz y Medicus Mundi.
Colaboración y experiencia laboral: son las ventajas de participar en una experiencia de prácticas dentro de cualquier ONGD. En 2020 el 55% de entidades recibieron personal becario o en prácticas en sus sedes de España y el 14% lo hicieron en el extranjero.
Esta propuesta ofrece la oportunidad de formarse en un sector presente en todo el mundo y conocer de primera mano el trabajo de las organizaciones.
Por su parte, las ONGD tienen la oportunidad de trabajar mano a mano con personas jóvenes con formas y propuestas de trabajo novedosas, captar talento y permanecer en constante evolución.