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FUDEN quiere mejorar la posición de la enfermera en la sociedad basándose en la contribución que supone su trabajo (la prestación de cuidados) a la salud de la población.
La finalidad de la Fundación es promover la profesión enfermera como protagonista de la salud de la población.
Al expresar nuestros valores, queremos manifestar los principios básicos que rigen nuestro funcionamiento. Aquellas convicciones sobre las que se sustenta nuestra acción y en este sentido y que hemos construido conceptualmente como valores:
1. Las enfermeras
No sólo son profesionales con un papel fundamental en la salud de la población a la que atienden a través de los cuidados que prestan sino que además, como potencial humano, son agentes de desarrollo y motor de transformación social puesto que:
Son puerta de entrada en el sistema sanitario, lo que las convierte en la figura de acceso al mismo y como consecuencia en canalizadoras de la atención sanitaria que recibe la población. Esto significa que sus decisiones influyen notablemente no sólo en la salud de la población, sino también en el uso que se hace de los servicios sanitarios por parte de la misma y por tanto, su actuación es decisiva en el gasto sanitario de los países también.
Son, así mismo, agentes activos esenciales para cualquier respuesta que se quiera eficaz y sostenible en la cobertura sanitaria de un país puesto que, socio-culturalmente hablando, son el enlace entre la comunidad y el sistema, forman parte del entramado social de su comunidad y a la vez, son portavoces de la misma y por tanto de sus demandas ante el sistema sanitario.
El producto enfermero, dependiente de los profesionales, es determinante en el resultado de salud de la población puesto que implica no sólo asegurar que la población recibe cuidados, sino que es capaz de cuidarse y hacer un uso razonable de los servicios sanitarios, es decir, la enfermera es una figura clave en el gasto sanitario no sólo porque salva vidas a bajo coste, sino porque contribuye a fomentar la responsabilidad en el cuidado a la población.
2. La salud
Es entendida de forma integral, subjetiva y como derecho humano fundamental. La salud se concibe como construcción cultural de la sociedad, es decir, como concepto relativo al grupo o comunidad. En este sentido, las necesidades en salud y por tanto el uso que se hace de los servicios de salud, no son ajenos al espacio social. Esto implica:
Para garantizar el acceso a la salud, como derecho fundamental de la población, las estrategias de acción propuestas han de enfocarse en función de las características socio-culturales de la sociedad si queremos que sean efectivas.
Las acciones emprendidas, que impliquen cambios a nivel social, político o estructural, tendrán repercusiones sobre la salud, por lo que no pueden contradecirse.
Además de esta dimensión más ?micro? de la salud, hay una dimensión ?macro? de la misma que en los últimos tiempos está siendo cada vez más evidente y que se conoce como ?interdependencia sanitaria mundial?. Problemas como la rápida difusión de la gripe aviar ponen de manifiesto la interconexión norte-sur y la necesidad de coordinar las acciones en materia sanitaria por parte de todos los países.
3. El Desarrollo
Cuando desde su propia denominación la Fundación incluye la palabra Desarrollo, entendemos que es necesario posicionarnos sobre qué entendemos por desarrollo. Claro está que al señalar que la Fundación desde sus inicios pretende promover el desarrollo de la enfermería, este concepto trasgrede la connotación económica para entender el Desarrollo en términos de desarrollo humano. Por tanto con dimensión en salud, educación, reconocimiento, respeto y participación. Pero además, queremos enfatizar nuestro valor y principio de acción en promover un Desarrollo Sostenible.
Promover acciones que deriven en un desarrollo sostenible en un grupo humano profesional como es la enfermería, implica hablar de desarrollo sostenible culturalmente, es decir, emprender acciones coordinadas con este colectivo, creando capacidad en ellos mismos a partir de sus propios procesos, de sus conocimientos y sus necesidades sentidas.
Los procesos de desarrollo no pueden basarse en un fin sin contar con plena participación de los protagonistas que han de vehiculizar el cambio. En este sentido, si las propias enfermeras se autoperciben como meras ayudantes técnicas y no creen que la formación, la investigación y la metodología, son herramientas útiles no sólo para mejorar sus conocimientos y su capacidad técnica, sino también para mejorar su capacidad de análisis, desarrollar instrumentos y prácticas eficaces, incidir en la medición de los resultados, para reforzar su capacidad de planificación y gestión y, por tanto, para ser incluidas en los órganos políticos de decisión y poder, no se creará la cultura de superación a través de estas herramientas, ni se desarrollarán en este sentido. Sin embargo, si ellas se sensibilizan respecto al tema, el cambio de actitud se mantendrá en el tiempo, es decir, el desarrollo será sostenible culturalmente.
4. La cooperación
La salud es un pilar básico de la cooperación porque permite aumentar los índices de desarrollo humano de las sociedades, gracias al papel desempeñado por colectivos como las enfermeras.
La comunidad internacional reconoce la salud como un derecho de todas las personas y un factor necesario para el ejercicio efectivo de los derechos humanos en general. Por ello es necesario lograr que la población goce de buena salud como una garantía para estimular su desarrollo humano.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera a las profesionales de enfermería como motores de desarrollo para la consecución de un cambio que pueda propiciar la estrategia de ?Salud para todos? y la obtención de los Objetivos del Milenio en 2015. En este contexto, la enfermera va a asumiendo de forma progresiva nuevos roles y ámbitos de actuación.
Así, la enfermería desempeña un papel central a la hora de lograr objetivos como la reducción de la mortalidad de los niños menores de cinco años, la mejora de la salud materna y la disminución de la incidencia de enfermerazas como el VIH/Sida, la malaria y la tuberculosis, incluidos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Para ello, es necesario fortalecer las estructuras enfermeras de cada país comprometiendo a las organizaciones de enfermería y a las enfermeras en su propio desarrollo y estimular su deseo de mejorar su contribución a la salud de las personas?, así como fomentar la cooperación SUR-SUR. Sin embargo, la escasez en cantidad y calidad de enfermeras es el mayor problema de los recursos humanos en la mayoría de las regiones mundiales. Para tratar de corregir la situación nos encontramos en el decenio de los recursos humanos en el sector salud.
En España, la enfermera debe desempeñar funciones de agente de desarrollo y sensibilización, al ser una pieza fundamental de la estructura funcional y organizativa del sistema de salud y el nexo de unión entre el sistema sanitario y la comunidad
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